Las Liturgias de Kami

Los hijos del Dios del Sol recibieron con el tiempo una serie de poderes como compensación a su fervorosa devoción. De manera simbólica, e imitando los componentes que forman parte de sus santas misas, los dividieron y los llamaron «Consortes de Kami», «Arras de Kami», «Tañido de Kami» e «Himno de Kami». Si bien se especula con un nuevo poder todavía más majestuoso y temible, solo el Dios de los Hombres lo sabe, y todos los ojos están puestos en Megalomenika para su desarrollo, el paladín de la Luz.

Al contrario que sucede con las Naturalezas de Akuma, las Liturgias de Kami no beben de una doctrina egoísta ni devoradora del resto, sino que sus fieles pueden aprender a controlar cualquiera de los poderes que antaño les otorgó el Dios del Sol, pudiendo, en el caso de aquellos usuarios más avezados, llevarlos a su máximo nivel sin necesidad de decantarse por una sola de ellas. Eso sí, conllevará una ardua tarea que solo los más dignos serán capaces de completar, pues, de otro modo, haría falta una vida por cada Liturgia de Kami a perfeccionar.

Pero ¿cuál es la fuente del poder que les legó el Dios de los Hombres? Los rayos de sol. Desnudando sus cuerpos y absorbiendo durante la santa misa la luz del astro (el eco o el vestigio espiritual de Kami en el cielo), los integrantes del Ejército de la Luz serán capaces de acumular la energía necesaria para manifestar y emplear sus poderes.

El poder de la unión. Así como el sagrado matrimonio se oficializa con la entrega de dos anillos de oro, los fieles del Dios del Sol se entregan en cuerpo y alma a Él.

Por medio de brillantes discos de Luz, redondos como los anillos, los usuarios de esta disciplina pueden emplearlos como armas más afiladas que el propio acero. Su constante giro luminoso tiene el potencial de infinitas sierras, pudiendo rajar y traspasar hasta la más férrea de las armaduras.

Al poder partirlos por la mitad, o hasta un número indeterminado de veces, proporciona al usuario una inacabable fuente de recursos creativos con los que emplear el poder de los anillos de Luz, convirtiéndose en una excelente herramienta tanto ofensiva como defensiva.

Ser usuario de los Consortes de Kami requiere de un perfecto manejo y control de la Luz para poder hacer que el disco permanezca estable y que la Luz no escape.

Por otro lado, su forma y su origen de nacimiento en la espalda recuerdan al propio Kami, con Su elegante y radiante aro dorado naciendo tras Él.

El potencial del apoyo bidireccional. Al igual que en el santo matrimonio, las arras representan la unión económica y la colaboración mutua en todo momento, una carta de amor a Kami por la que se cuida de Él y Él mismo cuida de sus fieles, manteniendo una serie de valores y una moralidad que descienden de Sus enseñanzas por medio del sagrado libro Las Divinas Revelaciones.

El poder de las Arras de Kami es únicamente destructivo. Por medio de explosiones, como si se dejaran caer al suelo un millar de monedas, se canaliza el poder de la Luz hacia un objeto. Si este no está hecho con el mineral llamado «Envidia de los Ecos», inevitablemente explotará, incapaz de contener el torrente de energía.

Los usuarios de las Arras de Kami suelen ser personas que no dominan con habilidad el poder legado por el Dios del Sol. Por eso, cuando convocan y manifiestan su Luz, esta aparece de forma explosiva, como una tromba incontrolable que se extiende más allá de la mano, contagiando el objeto con el que se hace contacto y hallando una violenta salida a través de él.

Un poder meramente protector que poco a poco ha ido quedando relegado a los sacerdotes, siendo, incluso, menospreciado. Al igual que los cánticos realizados durante la misa por los fieles, que piden asilo y protección al Dios del Sol, el Himno de Kami consiste en conjurar una cúpula de Luz que protege de todo tipo de ataques a los que estén dentro de ella.

Para poder llevarla a cabo es necesario gozar de un altísimo nivel de concentración, más bien propia de los sacerdotes, siempre sumergidos en sus gruesos tomos y, especialmente, en Las Divinas Revelaciones, tratando de desentrañar nuevos significados. Además, requiere un empleo muy afinado de la Luz interior y a la vez explosivo. Primero se concentra la energía en absolutamente todas las partes del cuerpo, conteniendo sus pulsátiles oleadas de poder, y luego se libera de golpe para hacer emerger una cúpula, un campo de Luz que protegerá al usuario y a los que se encuentren dentro del radio.

Emplearlo en batalla puede ser muy complicado, pues requiere de una momentánea preparación y de una concentración de piedra. Por ello, poco a poco, los guerreros del Ejército de la Luz, ante semejante dificultad, han decidido estudiar y entrenar las otras Liturgias de Kami, demostrando ser también más afines a la atractiva violencia.

No hay demasiada información sobre el potencial del Tañido de Kami. A lo largo de los siglos apenas ha habido una decena de usuarios que llegaran a dominar este poder. Actualmente, solo el Alto Juez Ludex y el Juez Megalomenika han logrado dominarlo, algo inaudito para una misma época. Aunque, incluso, hubo un tercero capaz antes de perder sus Liturgias de Kami durante la Última Cruzada del Dragón.

Según sus palabras y los escuetos registros, sienten tener tanta capacidad de control de la Luz y del calor exterior que son capaces de alterar el clima y conjurar un rayo purificador con forma de mazo que desciende de los cielos con todo el peso de la justicia de Kami.

Durante la convocación de esta Liturgia, los ojos del taumaturgo adquieren un color dorado.

¿Se podría llegar a controlar, incluso, el calor más allá de Kosmos, del planeta? Sería un poder temible, varias veces más destructivo todavía que el temido Tañido de Kami.