Las Naturalezas de Akuma

La prole del Dragón Oscuro, desde su nacimiento, fue bendecida con sus tres Naturalezas, con las habilidades propias e innatas de un dragón: el poder físico, el poder ígneo y el poder mental.

Pese a que todos los dragenianos poseen las tres Naturalezas, el alma de cada uno de ellos acaba aferrándose solo a una de las tres. La Naturaleza principal de cada usuario dependerá directamente de una línea de sangre, por lo que es objetivamente imposible alcanzar el máximo esplendor de una de ellas si no es la que el usuario porta de forma innata.

Sin embargo, hay una única excepción a esta regla. Tras el fallecimiento de Akuma, el Dragón Eterno, este legó sus perfectas tres Naturalezas a un único sucesor que, desde entonces, sería el rey por derecho. En este caso, dicho usuario podrá desarrollarlas hasta su máximo esplendor, siendo su personificación mortal en el mundo.

El poder asociado al espectro más tangible: la fortaleza, la resistencia y la adaptabilidad.

Por medio de oscuras escamas, más duras que el diamante, el usuario puede emplearlas para generar recubrimientos sobre su piel que le permitan mejorar sus ataques, haciéndolos más afilados y resistentes, o también puede usarlos para generar un escudo escamoso sobre brazos, piernas o cualquier otra parte del cuerpo para aumentar su capacidad defensiva.

De igual forma, solo algunos aventajados y creativos guerreros son capaces de moldear su estructura y distribución para generar feroces armas y formas de ataque y defensa, como pueden ser las Garras Dragenianas, o su evolución, las Garras de Akuma.

El poder por excelencia de los dragones, el más antiguo y el más icónico. Las llamas poseen la capacidad de calcinar al enemigo y hacer que caiga en la más absoluta de las desesperaciones mientras ve cómo se desintegra, cómo queda reducido a cenizas, sumido en el más ardiente de los dolores.

Sin embargo, esta Naturaleza no solo sirve para expulsar flagrantes flamas, sino que también puede emplear densas humaredas donde camuflarse o que puedan servir de señal para los compañeros, como una indicación visual.

Además, aquellos que dominen dicha Naturaleza a la perfección, lograrán crear las llamas negras de Akuma, las cuales muestran su más absoluta y profunda oscuridad a través de su abismal negrura. Hasta que el taumaturgo no muere o cae desfallecido, sus llamas no cesan en su labor ardiente. Por tanto, aquel que vea su cuerpo arder con ese fuego negro, bien puede darse por muerto, pues probablemente sea una de las facultades más poderosas y hostigantes de un drageniano.

Probablemente la Naturaleza más infravalorada de todas. Sin embargo, es todo lo contrario. Pese al desmesurado poder de Akuma en todos los aspectos, fue la Naturaleza Mental, la inteligencia, la que pudo sostenerlo en el tiempo y hacerlo casi inmortal. La sabiduría está directamente relacionada con la longevidad, con la experiencia. Unas afiladas garras o una abrasadora llama no son nada si no se posee el bagaje y la inteligencia para emplearlas adecuadamente, para darle nuevos usos o para atisbar sus debilidades.

Esta Naturaleza, reconocida ampliamente por los longevos reyes que han reinado a lo largo de la historia en el Imperio de Dragen, ha sido fehacientemente ninguneada por la población general, que más bien se centraba en las otras dos Naturalezas. Incluso, en algunos casos, si un descendiente tenía esta Naturaleza Mental, se veía como un fracaso. Sin embargo, el paso del tiempo, como es obvio, acabó brindándole su merecido reconocimiento. Los distintos reyes y reinas de Dragen acabaron tomando como sus manos derechas a dragenianos cuya Naturaleza fuera Mental, pues ellos terminaron siendo los cimientos del Imperio de Dragen, los que no se ven pero sostienen su estructura.